Samsung ha vuelto a sorprender al mundo con el lanzamiento del Galaxy S25 Edge, un dispositivo que redefine los límites del diseño móvil al presentar un grosor de apenas 5,8 mm. Este logro es resultado de innovaciones como un motor de vibración más delgado ubicado bajo el sensor de huellas y un rediseño del puerto USB-C que utiliza el marco de titanio para la conexión. Además, incorpora una cámara de vapor excepcionalmente plana y un sistema de «contacto directo» entre el procesador y el sistema de refrigeración, optimizando la transferencia de calor.
Estas innovaciones no solo permiten un diseño ultradelgado, sino que también podrían influir en el diseño de futuros smartphones, captando la atención de competidores como Apple. El Galaxy S25 Edge se presenta así como un laboratorio de integración tecnológica que podría marcar tendencia en la industria.